Escuchar a los niños no solo es fundamental para su desarrollo, sino también para aprender de su inocente y clara visión del mundo. En REMAR, respetamos su derecho a ser escuchados, creando un espacio seguro donde puedan compartir sus experiencias y encontrar apoyo en situaciones difíciles.

A menudo, los adultos piensan que los niños no tienen la madurez o el conocimiento para opinar sobre ciertos aspectos de su vida, y sus voces son pasadas por alto. Sin embargo, esto no solo es un error, sino una oportunidad perdida para entender mejor su mundo. Los niños tienen una perspectiva única, sincera y auténtica que los adultos a menudo olvidamos.

La inocencia que los caracteriza les permite ver las cosas sin los prejuicios que muchos adultos desarrollamos con el tiempo. Escucharlos no es solo una cuestión de respeto hacia sus derechos, sino también una manera de aprender de ellos y enriquecer nuestra propia visión del mundo.

Jesús nos enseñó esta verdad con sus palabras: «Si no os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos» Mateo 18:3 Él nos llama a observar y aprender del corazón puro y la fe simple de los niños. Cuando los escuchamos, no solo entendemos mejor sus pensamientos y necesidades, sino que también podemos descubrir lecciones valiosas sobre humildad, sinceridad y dependencia de Dios.

La participación de los niños en las decisiones que afectan sus vidas

El derecho de los niños a participar activamente en las decisiones que los involucran está protegido por la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, que reconoce que los niños deben ser vistos como agentes de cambio en su propio desarrollo. Ya sea en decisiones sobre su educación, entorno familiar o situaciones personales, los niños deben ser escuchados y considerados como seres capaces de aportar ideas y expresar sus sentimientos.

Programas de apoyo a la infancia, como el de la ONG REMAR y su Programa de Apadrinamiento de Niños (PAN), reconocen este derecho fundamental. Al involucrar a los niños en el proceso de toma de decisiones, les damos la oportunidad de sentirse valorados y responsables de su futuro. Fomentar esta participación no solo fortalece su autoestima, sino que también les ayuda a desarrollar habilidades de comunicación, pensamiento crítico y resolución de problemas desde una edad temprana.

Escuchar con compasión: el trabajo de REMAR con niños vulnerables

En REMAR, donde miles de niños han encontrado refugio y esperanza después de situaciones traumáticas, escuchar con compasión es un principio fundamental. Muchos de los niños que llegan a nuestros hogares han sido víctimas de abuso, abandono, explotación o han vivido en situaciones de extrema pobreza. Su derecho a ser escuchados se vuelve aún más crucial, ya que para muchos de ellos, expresar lo que han vivido es una forma de sanar.

Al darles el espacio para compartir sus historias, injusticias y dolores, en REMAR respetamos su derecho a ser escuchados, algo que nunca debió habérseles negado. Escucharles no solo nos permite comprender sus experiencias y ayudarles en su proceso de recuperación, sino que también les devuelve una dignidad que, muchas veces, les ha sido arrebatada por las circunstancias. Como adultos, a veces no podemos comprender plenamente lo que estos niños han enfrentado, pero debemos ser compasivos y sensibles a sus historias.

¿Qué podemos aprender al escuchar a los niños?

La experiencia en REMAR ha demostrado que los niños tienen una capacidad de supervivecia impresionante. A través de sus palabras, a menudo nos enseñan lecciones sobre la valentía, la esperanza y el perdón. Escucharles nos conecta con una parte de la humanidad que a veces olvidamos en nuestra vida adulta: la capacidad de creer en el bien a pesar de las adversidades, de buscar la justicia con sencillez y de confiar en que hay un futuro mejor.

Jesús sabía lo importante que es aprender de los niños, Mateo 19:14 dice “Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos.”, aprender de ellos no sólo como modelos de fe, sino también de humildad y fortaleza. Cuando nos tomamos el tiempo para escuchar a los niños y reconocer sus voces, estamos contribuyendo a su desarrollo integral y a la construcción de una sociedad más justa y empática.

Apadrina un niño y ayúdanos a seguir dando voz a los más pequeños

En REMAR y PAN, estamos comprometidos con el bienestar de los niños vulnerables, pero necesitamos tu ayuda para continuar este trabajo. Al apadrinar a un niño, no solo le das un hogar, alimento y educación, sino que también le devuelves la posibilidad de ser escuchado, amado y valorado. 

Tu apoyo es fundamental para garantizar que más niños puedan sanar sus heridas, crecer en un entorno seguro y ser protagonistas de su propio desarrollo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *