Llamado de emergencia para REMAR Haití: ¡Necesitamos ayuda urgente!

La descomposición social y la violencia azotan Haití, provocando un éxodo masivo y una crisis humanitaria sin precedentes.

La sombra de la inseguridad se cierne sobre Haití, desatando una ola de violencia que ha sumido al país en un estado de descomposición social. Puerto Príncipe, la capital, se ha convertido en el epicentro de esta crisis, con decenas de miles de personas obligadas a abandonar sus hogares para huir de la violencia desenfrenada.

Cerca de 200.000 personas se encuentran desplazadas internamente, viviendo en condiciones precarias en asentamientos y centros colectivos. Grupos armados, con una crueldad sin límites, han perpetrado ataques, dejando víctimas mortales y viviendas destruidas a su paso. Comunidades como Source Matelas han sido testigos del horror de estos actos inhumanos.

Las bandas criminales, que controlan vastas zonas del territorio, han convertido la violencia en su modus operandi, violando los derechos humanos de la población con total impunidad. Mujeres, niños y ancianos son especialmente vulnerables a la brutalidad de estos grupos, que no respetan ni el valor ni la dignidad humana.

Recientemente en Haití se encuentra  en estado de emergencia y toque de queda tras la fuga de una cárcel de Puerto Príncipe de miles de presos (3,696 aproximadamente) lo que implica el 97% de los reclusos.

Los niños son especialmente vulnerables en estas situaciones de emergencia. Nuestros niños y niñas del Hogar de REMAR HAITÍ se encuentran  a salvo, pero no podemos permitir que sufran las consecuencias de la violencia y el caos que reina en las calles. Necesitamos ayuda para trasladarlos a un lugar seguro donde puedan recibir el cuidado y la protección que necesitan.

NECESITAMOS cambiarlos de casa de inmediato, pero el costo de la mudanza supera los 10.000 dólares.

 

Hacemos un llamado urgente a corazones solidarios que nos ayuden en esta situación de emergencia.

«Y Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.»Mateo 27:37–39

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